PABLO PANIZO JANSANA
17 de junio de 2024

Las Normas Internacionales de Información Financiera (NIIF) son un conjunto de reglas establecidas por la Junta de Normas Internacionales de Contabilidad (IASB, por sus siglas en inglés) y la Fundación IFRS, necesarias para la elaboración y presentación de informes relacionados con los estados financieros de las empresas. Utilizadas por más de 160 países, incluido el Perú, estas normas permiten transparentar información financiera usando un estándar común entre las empresas.

Más de 20 años después de la creación de estas reglas, la IASB hizo públicas en junio de 2023 dos paquetes de normas nuevas: las NIIF S1 y S2, relacionadas a divulgación de sostenibilidad y de riesgos de cambio climático. Estas normas entraron en vigor el 1 de enero de este año y han sido rápidamente acogidas por empresas y gobiernos alrededor del mundo.

Un puente entre las finanzas y la sostenibilidad

Estas nuevas normas cuentan con la particularidad de obligar a que la información de la empresa referente a sostenibilidad (incluyendo los riesgos y oportunidades que implica) se divulgue junto con los estados financieros. 

“El IFRS representa los intereses de los inversionistas. Entonces estamos hablando de un poder económico (es decir, los inversionistas) que quiere saber que las empresas donde invierten realmente estén gestionando riesgos y oportunidades de sostenibilidad que les impacten financieramente”, explica Cecilia Rizo Patrón, directora ejecutiva de Avanza Sostenible.

Así, se espera que las S1 y S2 generen un profundo impulso en la importancia de la sostenibilidad dentro de las empresas, vinculándolas estrechamente con los responsables de las finanzas.

La popularidad de las NIIF tradicionales, aplicadas en más del 75% de los países del mundo, ha sido un gancho para la adopción de las NIIF S1 y S2. “La infraestructura global existente para la adopción y el cumplimento de las IFRS proporciona una base sólida para la integración de estas normativas”, sostiene Astrid Cornejo, gerente general de AC Sostenibilidad.

La especialista prevé que, en el futuro, el interés de los inversionistas será también una fuente importante para que más empresas utilicen las NIIF S1 y S2. “Se espera que estas normas se adopten ampliamente con el tiempo, a medida que más países y empresas reconozcan su valor en la gestión de riesgos y en la atracción de inversión responsable”, anticipa.

En efecto, las inversiones ESG se encuentran en un proceso de crecimiento en el mundo, estimuladas en parte por la cada vez más notoria presión de los consumidores, quienes prefieren productos y servicios sostenibles, y por la resiliencia que muestran las empresas construidas con criterios de sostenibilidad.

Progresivo incremento de presión regulatoria

Las especialistas coinciden en destacar la velocidad con que se están implementando las S1 y S2 en diversos gobiernos alrededor del mundo, especialmente en Latinoamérica. Además de Brasil, Bolivia y Costa Rica —donde ya se establecieron fechas en las que se entrarán en rigor con carácter obligatorio—, países como Panamá, Chile, Colombia y México han dado pasos importantes, evidenciando una tendencia regional. 

Ha sido importante también la recomendación de la Organización Internacional de Comisiones de Valores (IOSCO) hacia sus estados miembro, instándolos a incorporar las NIIF S1 y S2 dentro de sus marcos regulatorios. 

Pese a ello, el Perú tiene todavía un largo camino que recorrer para alcanzar la obligatoriedad de estas normas. A diferencia de países vecinos, en nuestro país el único requisito relacionado a sostenibilidad al que están sujetas las compañías es el establecido por la Bolsa de Valores de Lima mediante la Resolución del Superintendente N°018-2020, que exige a sus empresas cotizantes rellenar un cuestionario de 25 preguntas relacionadas a medio ambiente, cambio climático y aspectos sociales. 

“El tiempo y la medida en que el Perú adopte estas normas dependerá de varios factores. Entre ellos, el compromiso del gobierno con la sostenibilidad, la presión de los mercados financieros internacionales y la capacidad de las empresas peruanas para adaptarse a los nuevos requisitos”, sostiene Cornejo.