PABLO PANIZO JANSANA
02 de mayo de 2024

Como país firmante del Acuerdo de París, el Perú ha asumido el compromiso de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero entre 30% a 40% hacia el año 2030, y convertirse en un país carbono neutral para el 2050. Para lograrlo, cambiar la matriz energética es un paso fundamental. Y, en ese camino, el hidrógeno verde promete ser de gran ayuda. 

¿Qué lo hace tan especial? En principio, vale aclarar que existen diversos tipos de hidrógeno, desde el verde hasta el gris, pasando por el azul. Los tres son combustibles que no emiten CO2 al utilizarse, pero solamente el verde está libre de emisiones de CO2 durante su proceso de producción. De allí su nombre y su cotizado valor. 

Para su generación se utilizan únicamente energías renovables, como la biomasa, la energía eólica o la energía solar, lo que convierte al país en un espacio ideal para su producción. “Si el hidrógeno verde tiene un potencial enorme en el Perú es porque el potencial de energía renovable que tenemos es excelente”, explica Brendan Oviedo, presidente de la Asociación Peruana de Energías Renovables (SPR).

De la teoría a la realidad

Según reveló un estudio de Anglo American y la Asociación Peruana de Hidrógeno (H2 Perú), desarrollar una industria de hidrógeno verde en el Perú podría inyectar a la economía hasta US$5.600 millones en los primeros diez años, además de poner en valor cerca de 55 mil MW de energía renovable.

Un primer gran paso se dio en marzo pasado, cuando se aprobó la Ley de Fomento del Hidrógeno Verde. “Esta ley es un paso muy importante para impulsar la descarbonización de la economía y crear la oportunidad de capitalizar una nueva industria, aprovechando el inmenso potencial renovable del país”, señaló H2 Perú en un comunicado. 

Su promulgación, añadieron, posiciona al país como “uno de los potenciales países líderes en la producción y exportación de hidrógeno verde y sus productos derivados”. Sin embargo, existe todavía un largo camino por recorrer. En la actualidad, el desarrollo de este vector energético es muy incipiente en el país, en parte porque sigue tratándose de una tecnología muy costosa. Así, la investigación debe ser una prioridad para la creación de esta industria. 

No obstante, ya pueden verse algunas primeras aplicaciones en el país. Es el caso de la planta de hidrógeno verde inaugurada en enero por Fénix, empresa de generación y comercialización de energía eléctrica.

Con su instalación, Fénix ha logrado evitar consumir hidrógeno gris en la refrigeración de las unidades de generación de su central termoeléctrica de Chilca. Para el proyecto, destinó 200 mil dólares que planea recuperar en poco más de dos años. 

“Además del orgullo que nos genera ser la primera planta de hidrógeno verde en el sector energético, este proyecto tiene un impacto positivo a nivel económico, social y ambiental de la empresa”, celebra Elías Galdós, jefe de Sostenibilidad y Medio Ambiente de Fénix.

Para el crecimiento de la industria del hidrógeno verde, asegura Galdós, son fundamentales un marco regulatorio “que promueva la cadena de valor del hidrógeno a gran escala” y “la promoción e inversión privada y pública en investigación y desarrollo en nuevas tecnologías para aplicaciones más complejas, como transporte pesado y aviación”, además del crecimiento de las energías renovables en el país.

Con este último punto coincide Oviedo. “Si no tenemos más proyectos de generación energética renovable no vamos a poder producir hidrógeno verde”, apunta. El presidente de la SPR recordó que existen en carpeta cerca de 20 mil megavatios en proyectos de energía eólica y solar a la espera de un marco regulatorio que promueva el desarrollo de las energías renovables. “Muchos de esos proyectos se están visualizando como proyectos destinados a la producción de hidrógeno verde”, asegura.

Por su parte, Anthony Laub, abogado especializado en energía, gas y petróleo, petroquímica y minería, se muestra más cauteloso con el potencial del hidrógeno verde, principalmente por los altos costos que hoy en día implica su producción. Además, hizo hincapié en el nivel de energía que genera este combustible. “Más o menos la energía que tiene almacenada el hidrógeno verde es el 70% de poder calórico comparado con el producto alternativo, que es el petróleo. Entonces ya de por sí tienes una desventaja natural”, señaló.