El futuro en sostenibilidad está aquí: nuevos estándares de reportes ESG
Las nuevas regulaciones en sostenibilidad de organismos internacionales presentan retos para las empresas, pero creará un nuevo paradigma, más oportunidades y un mayor impulso para sus estrategias ESG.
ÓSCAR ALCARRAZ
29 de setiembre de 2023
Un cambio en el juego exige un cambio de reglas, sobre todo cuando hay razones suficientes: si bien son cada vez más las empresas que adoptan un enfoque sostenible en sus operaciones, cumplir con las metas para reducir el impacto del cambio climático se complica año tras año.
En ese sentido, diversos organismos internacionales han aumentado la rigurosidad de las exigencias en sus normativas de sostenibilidad. De esta manera, los resultados en criterios ESG tendrán más impacto. Entre ellas, el pasado 26 de junio el International Sustainability Standards Board (ISSB), emitió dos nuevas normas relacionadas con la divulgación de asuntos en sostenibilidad.
La primera, NIIF S1, exige definir riesgos y oportunidades relacionados a sostenibilidad que podrían afectar el rendimiento financiero, flujo efectivo, acceso a financiamiento o costos de capital a corto, mediano y largo plazo de la compañía. La segunda, NIIF S2, está relacionada a la divulgación de información que las empresas deben realizar respecto a su impacto ambiental.
Por otro lado, la Directiva de Informes de Sostenibilidad Corporativa (CSRD) de la Unión Europea (UE) publicó cientos de métricas y objetivos que integran las nuevas Normas Europeas de Información de Sostenibilidad (ESRS). Estas aplicarían a alrededor de 50 mil empresas no pertenecientes a la UE, ya que o tienen filiales que operan ahí o cotizan en mercados regulados por la UE.
Beneficios y oportunidades para las empresas
De acuerdo con un estudio de EY, el 99% de inversionistas utiliza las divulgaciones ESG de las empresas como parte de su toma de decisiones de inversión, y el 74% que utiliza un enfoque más riguroso y estructurado. Asimismo, según un reporte de KPMG, el 69% de los CEO ve una demanda significativa de los stakeholders para una mayor transparencia en informes sobre asuntos ESG.
Estas estadísticas reflejan la necesidad de los inversionistas en evaluar de forma más precisa cómo los criterios ESG impactan en el valor a largo plazo de una empresa.
En este contexto, las nuevas normativas de la ISSB y CSRD responden a esta demanda, así como las de otras partes interesadas. Para Zelma Acosta-Rubio, Vicepresidenta Ejecutiva de Asuntos Corporativos y Legales Interbank, y Directora Ejecutiva de Sostenibilidad en Intercorp Financial Services (IFS), el reto está en la adaptabilidad a las normas, pero afirma que, de lograrlo, significará nuevas oportunidades de inversiones.
“Si bien la regulación presentará retos de adecuación que involucraría mayores gastos, también son aceleradores de las oportunidades que ofrece la sostenibilidad. Por ejemplo, el acceso a nuevos mercados (inversiones verdes), eficiencias operativas (eficiencia energética, economía circular) y la resiliencia de la cartera de préstamos mediante la gestión del riesgo climático”, dice Zelma Acosta-Rubio.
Entre otros de los beneficios para las empresas, afirman los especialistas, será la integración de distintas áreas, que ahora tendrán más protagonismo e involucramiento en los procesos de preparación de los informes de sostenibilidad. Asimismo, como las nuevas normas exigen más rigurosidad en la presentación de la información, será una oportunidad para innovar y adoptar nuevas tecnologías que recopilen y analicen datos.
La estandarización y futuro de la sostenibilidad
Tanto las nuevas normas de la ISSB y la SCRD tienen como base el marco de reportería del Task Force on Climate-related Financial Disclosures (TCFD), que fue creado en el 2017 por el Financial Stability Board. El TCFD incluye parámetros de divulgación de los impactos financieros del cambio climático y es el marco de divulgación mayormente adoptado por el sistema financiero.
Aunque en este momento muchas de estas nuevas normas no convergen, el objetivo final, afirma Zelma Acosta-Rubio, será estandarizar la divulgación en temas de sostenibilidad de forma comparativa y consistente, y esto mejorará la transparencia de la información frente a los inversionistas. “Si las empresas no logramos comunicar nuestro progreso en sostenibilidad, por más robusto que sea, no se podrá trasladar en resultados que puedan ser fácilmente verificados”, agrega.
Al final, está en cada empresa y su grado de ambición y prioridades en temas de sostenibilidad definir sus objetivos de acuerdo a estas nuevas normas. Por su lado, la ISSB ha declarado que trabajará con las jurisdicciones locales y las empresas para apoyar su adopción.
La entrada en vigor de las normas de ISSB será el 1 de enero del 2024 y la presentación de información será en 2025. Y de acuerdo con la consultora KPMG, se prevé que las empresas tengan que publicar sus informes de acuerdo con la nueva normativa de la CSRD también para el 2025.
Por ahora, el anuncio de estas nuevas regulaciones brindan el momento para que, en primer lugar, las empresas evalúen su estado actual. Luego, estas podrán establecer nuevos procesos de gestión e iniciar el camino hacia nuevas y mejores prácticas en ESG.
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