PABLO PANIZO JANSANA
31 de julio de 2023

Sin un propósito corporativo, las empresas no tienen definida su razón de ser. Y sin la inclusión de criterios ambientales, sociales y de gobernanza corporativa (ESG) en este propósito, muy probablemente no tengan un futuro exitoso. 

“Puede que hoy subsistan, pero a la larga van a perder competencia”, explica Magaly Martínez, especialista en gobierno corporativo y sostenibilidad empresarial. Las razones ―sostiene― se basan en la exigencia de los nuevos consumidores y los inversionistas, además de la necesidad de captar al mejor talento. 

A partir de un propósito bien delimitado, es posible crear una estrategia de negocio clara. En el caso de Coca-Cola, por ejemplo, el propósito de la corporación es “Refrescar al Mundo y Hacer la Diferencia”. Verónica Bonifaz, directora de Asuntos Públicos, Comunicación y Sostenibilidad para Coca-Cola Perú y Ecuador, comenta que, desde esta fuerza motivadora, su estrategia de ESG se “centra en las personas, consumidores y empleados, e impulsa soluciones sustentables que construyen resiliencia en nuestro negocio para responder a los desafíos actuales y futuros, al mismo tiempo que crea un cambio positivo para el planeta”.

En Coca-Cola, las acciones concretas en gestión ambiental se remontan hasta el 2007, cuando se propusieron llegar al 2020 reabasteciendo toda el agua utilizada en sus bebidas. Coca-Cola alcanzó la meta en el 2015 y cada año ha ido subiendo el porcentaje de su devolución, alcanzado hoy el 159%.

En el caso de LATAM Airlines, la aerolínea ha identificado entre sus propósitos más importantes el conectar y “cuidar que los sueños lleguen a su destino”, describe Antonio Olórtegui Marky, gerente de Asuntos Corporativos de LATAM Airlines Perú. A partir de ello, han  incorporado criterios ESG en su estrategia de negocio, enfocándose principalmente en cambio climático, economía circular y valor compartido. “Estos frentes nos permiten diseñar y apalancar iniciativas como Segundo Vuelo, SOSelva y nuestro Avión Solidario, por mencionar solo algunas”.

Gobernanza: el factor clave
Ya sea que una empresa decida trabajar especialmente criterios E (ambientales) o S (sociales), lo más importante ―señala Magaly Martínez― es el compromiso de la alta dirección. “Si tú no trabajas la G (la gobernanza), y desde ella no viene la conciencia y el tono de cómo trabajar E y S, no avanzas”.

Con este convencimiento ―remarca la especialista―, se deben elaborar diagnósticos y rutas a la medida de cada empresa, dependiendo de factores como el estadío de desarrollo y el sector al que se dedica. “En ese trabajo paulatino, con metas y calendarios, vas trabajando la cultura y todos van entendiendo por qué ESG es importante”.

Olórtegui coincide en que el compromiso de la alta dirección es básico. En LATAM Airlines, asegura, se desarrolló un trabajo extenso que les permitió robustecer su estrategia ESG. “Sin lugar a dudas la construcción de este repensar de la compañía en materia de sostenibilidad fue un proceso que nos llevó a hablar y recoger experiencias de múltiples actores de la sociedad civil, la academia y nuestros stakeholders”, explica.

El reto de avanzar hacia la mediana y pequeña empresa
Ya sea por exigencias de los inversionistas, por regulaciones estatales o por preferencias de los consumidores, las grandes empresas, en su mayoría, conocen de la importancia de la aplicación de criterios ESG desde el mismo propósito corporativo y se encuentran en un camino de transformación.

Para que esta ruta de sostenibilidad siga creciendo en el país, es importante involucrar más decididamente a la mediana y pequeña empresa, consideradas por Martínez como “la base de la pirámide”. “Si trabajamos ahí, creo que vamos a lograr muchísimo más desarrollo empresarial. Con talleres, con foros, con artículos. Tenemos que trabajar mucho”.