Reducir la huella hídrica: un camino hacia la sostenibilidad para las empresas peruanas

Descubre los esfuerzos que realizan las empresas para gestionar el agua en sus procesos, así como los beneficios de la reducción de la huella hídrica.

REDACCIÓN CONTENTLAB
30 de junio de 2023

A pesar de que la Tierra está mayoritariamente cubierta por agua —aproximadamente el 71% de su superficie—, el líquido que usamos diariamente no proviene principalmente de los océanos, sino de fuentes de agua dulce, que representan alrededor del 2.5% del agua en el planeta. Esta escasez hace que sea crucial preservar y cuidar este recurso. Muchas empresas son conscientes de ello y están invirtiendo esfuerzos en conservar y restaurar los recursos hídricos, ya sea dentro de su cadena de producción o mediante proyectos.

La compensación de la huella hídrica es una forma de contrarrestar el uso de agua dulce de una empresa o persona”, señala Daniel Vargas, Chair en The Sustainability Board, en una entrevista. “Ayuda a asegurar la sostenibilidad del recurso hídrico; es decir, que el uso del agua de una empresa o persona no sea a costa del acceso al agua de otras personas o empresas” precisa. 

Sin embargo, el experto en ESG remarca que antes de embarcarse en cualquier proyecto de compensación del agua, las empresas deben reducir su huella hídrica al máximo dentro de sus procesos productivos y distributivos, dentro de toda su cadena de valor. “Luego de todas las medidas de reducción, siempre habrá un porcentaje que es imposible de reducir. Para esos casos se debe usar la compensación”, comenta Vargas.

Beneficios de la gestión de agua

Además, la reducción de la huella hídrica puede traer cuantiosos beneficios a las empresas que deciden ir por este camino. Esto es especialmente importante en nuestro país, donde según apunta Vargas el agua es muy cara. “Según el Banco Mundial, el costo promedio del agua en Perú (1.1 USD por metro cúbico) es más que el doble que el costo en Bolivia y Ecuador”, comenta

Otros beneficios que las empresas pueden adquirir al apostar por la reducción de la huella hídrica son los incentivos que ofrece el estado peruano. Por ejemplo, la Autoridad Nacional del Agua (ANA) otorga el Certificado Azul en reconocimiento a las empresas que participan en el “Programa Huella Hídrica” y logran ejecutarlo con éxito. Entre los beneficios que ofrece este  certificado, que se ajusta a la norma ISO 14046,  destacan dos: competitividad ante el estado (Resolución N° 063-2018-OSCE/PRE) y la reducción de costos operativos por consumo de agua.

Por otro lado, algunas empresas hacen esta compensación de la huella hídrica mediante actividades tales como recolección de agua de lluvia, siembra de árboles, entre otras. “Es importante que el proyecto esté respaldado por una organización que pueda cuantificar el impacto real en el agua y de esa manera determinar la cantidad de agua que se podría estar compensando”, indica Vargas.

Caso Coca-Cola

Un ejemplo que podemos rescatar es el trabajo que hace la empresa Coca-Cola. Verónica Bonifaz, directora de Asuntos Públicos, Comunicaciones y Sostenibilidad de Coca-Cola en Perú y Ecuador, nos cuenta que sus metas globales en gestión hídrica para el 2030 se enmarcan en priorizar sus operaciones, cuencas hidrográficas y comunidades, a fin de mantener al menos un 100% de reposición global del agua utilizada en sus bebidas terminadas.

Nuestra primera meta de reposición de agua fue devolver el 100% del agua utilizada en nuestras bebidas a las comunidades y la naturaleza para el año 2020, objetivo que logramos a nivel global en 2015, es decir, 5 años antes de lo previsto”, destaca Bonifaz.

Con su socio embotellador Arca Continental Lindley, Coca-Cola ha logrado ahorrar hasta 30% del consumo de agua en sus plantas de Pucusana y Trujillo. Además, junto al Instituto del Bien Común, ayuda a conservar y restaurar los bosques de la Reserva de Biosfera Oxapampa Asháninka-Yánesha, contribuyendo al mantenimiento de los caudales y la calidad del agua.

En cuanto a la seguridad hídrica en las cuencas hidrográficas, Coca-Cola promueve los Fondos de Agua en América Latina: hay 26 fondos de agua en 9 países, además de otros 14 que se están creando, y participa en la mitad de ellos. En el Perú, dentro de esta estrategia, trabaja con Aquafondo para rehabilitar 1.51 km de la amuna Acobamba-Laraos en Huarochirí y dejar disponible el agua para dos comunidades de la subcuenca de Santa Eulalia.

Bonifaz también comenta que buscan mejorar el acceso al agua y saneamiento, así como fortalecer la resiliencia comunitaria. En la región, Coca-Cola ha logrado que más de 1.5 millones de personas tengan agua desde el 2010. Y a nivel nacional, con el programa Agua Segura – Alimentación Segura, de la mano de la ONG Agualimpia y Arca Continental Lindley, lleva agua de calidad a las ollas y comedores populares de Pucusana.

Mientras más empresas se sumen a este tipo de iniciativas en el Perú, la calidad de vida mejorará ya que se podrá tener un mejor y mayor acceso al agua. Para que esto siga fluyendo, es necesario encaminarse a superar retos conjuntos como la recolección de datos desde el sector privado y el fomento de incentivos de parte del Estado peruano.

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