Neuroliderazgo: la ciencia que impulsa a los líderes del futuro
En un entorno empresarial cada vez más incierto, el neuroliderazgo se presenta como una herramienta clave para que los altos directivos tomen las mejores decisiones.

REDACCIÓN CONTENTLAB
21 de agosto, 2025
“Liderar es un acto profundamente humano, y el liderazgo consciente comienza en la mente”, afirma Rachel Gabel Shemueli, profesora principal e investigadora de Pacífico Business School (PBS). En un mundo empresarial cada vez más dinámico, los resultados financieros por sí solos ya no garantizan el éxito. Hoy, en entornos volátiles donde las emociones, la motivación y la capacidad de adaptación pesan tanto como la estrategia, el neuroliderazgo se consolida como un elemento esencial para guiar a las organizaciones hacia un desempeño sostenible y humano.
“Al integrar el enfoque de neuroliderazgo y sus respectivas herramientas en el Executive MBA, los participantes aprenden y descubren el poder de su cerebro como centro de sabiduría, intuición y conexión”, resalta la profesora de PBS sobre una de las maestrías de alta dirección más reconocidas en la región.

Estrés, tensión y presión
El neuroliderazgo permite comprender cómo funciona el cerebro en diversos contextos, muchos de ellos altamente demandantes. En estos escenarios, el estrés, la tensión y la presión se convierten en factores decisivos para el rendimiento del líder y su equipo.
“El estrés no es exactamente algo negativo; tiene que ver con una modificación neurofisiológica de nuestro organismo para poder hacerse cargo de demandas que no son normales”, explica Lucas Canga, profesor y especialista en neuromanagement. Según el especialista, existe un lado positivo del estrés que nos impulsa a actuar en situaciones exigentes. Sin embargo, advierte: “Cuando se pasa el punto de máximo nivel de tensión soportable, las personas empiezan a tener desarreglos a nivel del estrés, y eso impacta directamente en su salud y en la forma de liderar”.
La distinción entre tensión y presión, según Canga, es clave para la gestión de equipos: “La tensión es cuando uno saca lo mejor de la otra persona, la desafía más y la estimula cognitivamente. En cambio, la presión disminuye la capacidad cognitiva, vuelve a la persona menos flexible, menos creativa y menos motivada, con consecuencias evidentes para el rendimiento”.
Las neurociencias, añade Canga, entrenan a los líderes para identificar sus niveles óptimos de tensión y regular su empatía según la situación. Esto incluye diferenciar entre la empatía afectiva —sentir lo que vive el otro— y la cognitiva —comprender lo que le ocurre—. Regular esta empatía no implica frialdad, sino asertividad para liderar con claridad y equilibrio emocional.

Los líderes de hoy
“No estamos buscando un liderazgo eficiente, estamos buscando un liderazgo eficaz”, sostiene Canga. Ser eficiente implica hacer las cosas rápido, al menor costo y con el mínimo de recursos; pero liderar personas requiere entender sus ritmos, motivaciones y capacidades. La eficacia, en cambio, se alcanza incorporando las perspectivas y tiempos de cada miembro del equipo, escuchando, adaptándose y adoptando una visión estratégica más que operativa.
Para lograrlo, el Executive MBA de PBS apuesta por formar líderes con propósito, dotados de herramientas actualizadas para liderar en entornos complejos. La comprensión del funcionamiento del cerebro y de sus reacciones ante distintos niveles de estrés, tensión y presión se convierte en un pilar fundamental para tomar decisiones más acertadas y humanas.
La propuesta académica de PBS no se limita al neuroliderazgo. El Executive MBA integra también áreas como innovación, business analytics y gestión del cambio, en un modelo que expone a los participantes a visiones diversas gracias a un claustro docente internacional. Esta amplitud de perspectivas reta a los ejecutivos a cuestionar sus propios paradigmas y a entrenar la flexibilidad cognitiva, una habilidad esencial para liderar en entornos dinámicos.

“Uno de los testimonios más poderosos que comparten nuestros exalumnos es cómo el programa transformó primero su manera de liderarse a sí mismos, antes que a sus equipos. Muchos coinciden en que el viaje de transformación personal —basado en el autoconocimiento, la autorregulación emocional y la toma de decisiones conscientes— fue clave para convertirse en líderes más humanos, estratégicos y resilientes”, comenta la profesora Gabel Shemueli.
En un contexto donde las habilidades blandas se valoran tanto como el expertise técnico, el neuroliderazgo se posiciona como una herramienta indispensable. Quienes lo aplican no solo gestionan con mayor precisión, sino que también construyen culturas organizacionales más colaborativas, saludables y resilientes.
Para los ejecutivos que buscan ir más allá de la formación tradicional y desarrollar un liderazgo integral con enfoque en innovación y business analytics, el Executive MBA de Pacífico Business School en alianza con el MIT Sloan School of Management representa una oportunidad única para potenciar su impacto. Más información en pbs.edu.pe.
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